El aceite está formulado con Extracto de Avena Saliva L., Colesterol, Ácido Salicílico y Vitamina E.
La avena es un cereal con un alto contenido en ácidos grasos insaturados, al rededor de un 65%. Tiene propiedades emolientes.
Hidrata y suaviza la piel, ayudando a mantener la humedad. Junto con el colesterol, protegen la piel contra agentes externos y normalizan la barrera cutánea, reduciendo la descamación, la inflamación y picor.
También contiene Ácido Salicílico, un BHA que proviene de la corteza del sauce. Su principal acción es limpiar y exfoliar, ablandando la queratina y eliminando las células muertas. Así, favorece su renovación celular.
Para usarlo, aplica el producto sobre la superficie de la piel con un ligero masaje hasta su absorción. También puedes aplicarlo con la piel húmeda tras la ducha o el baño para incrementar la absorción de agua.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica que cursa con brotes. Suele presentarse en los primeros años de vida y en niños menores de 10-12 años, pero en algunos casos puede seguir sucediendo durante la edad adulta. Produce picor, rojez y descamación.
No se conoce la causa concreta, pero se cree que se produce por un conjunto de factores ambientales, genéticos e inmunes. Se ha observado que si se tratan bien los brotes y se lleva un buen seguimiento, la evolución de la piel será mucho mejor y mejorará la calidad de vida de la persona.
Durante un brote, la zona pica, se descama y está enrojecida. Aunque la piel pique, es importante no rascar nunca. Es posible que las cremas emolientes no sean suficientes en estos casos. Si se ha intentado, y el brote no mejora, es necesario acudir al dermatólogo para que pueda recomendar el tratamiento más adecuado.
Como hemos visto antes, el mantenimiento de la piel atópica puede ayudar a que aparezcan menos brotes, e incluso a que estos sean más leves. Algunos consejos sobre como hacerlo: